CROMOS ABRIL 2010 - 3

Abril 2010

PARA PREVENIR EL ALZHEIMER
Si bien los avances en el conocimiento de la enfermedad de Alzheimer han creado enormes vacíos científicos, que no han permitido obtener ninguna esperanza terapéutica a corto plazo, un nuevo estudio realizado en la Universidad de Columbia en Nueva York y publicado hace poco en la revista especializada “Archives of Neurology”, insiste una vez más en que hasta ahora la prevención es el único camino, al demostrar la estrecha relación que existe entre la dieta y los riesgos de desarrollar este terrible y cada vez más común trastorno de la memoria. Al parecer, los estudios que se han realizado al respecto han tratado de identificar los efectos de un solo nutriente de manera individual, pero en esta oportunidad, el equipo de investigadores de Columbia se propuso identificar el impacto de la dieta en conjunto, estudiando a más de dos mil personas por casi media década. Así las cosas, los resultados fueron verdaderamente impresionantes, ya que lograron demostrar que el consumo de aceite de olivas, nueces, carnes blancas (pescado y aves) y ciertas frutas y vegetales, puede tener un impacto profundo en los riesgos de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Según concluyen los autores del estudio, quienes consumieron estos alimentos como base de la alimentación (lo que se conoce como dieta mediterránea) presentaron un riesgo 40% menor de desarrollar la enfermedad que sus contrapartes. Para una condición que no tiene cura ni control terapéutico satisfactorio, la prevención es lo que marca la diferencia.

NO SOLO PARA LOS HUESOS
La vitamina D, comúnmente asociada a la salud de los huesos y a la prevención de la osteoporosis - principalmente en la menopausia - parece tener otras funciones que indicarían la necesidad fundamental de este nutriente en todas las personas y a todas las edades. Investigadores de la Universidad de Copenhague han descrito recientemente funciones hasta ahora desconocidas de esta famosa vitamina, relacionadas con la respuesta inmune y la protección del organismo en contra de virus y bacterias. Según indican las conclusiones del estudio, las células del sistema inmune encargadas de la respuesta inicial de defensa, que son las que protegen al cuerpo de infecciones y otras enfermedades, necesitan de manera indispensable de la presencia de la vitamina D para poder ser activadas. Estas células, conocidas como células ‘asesinas’, se encuentran circulando libremente de forma inactiva, pero ante la presencia de elementos desconocidos, como es el caso de virus y bacterias, son activadas a través de receptores de la membrana celular, iniciando así la respuesta de defensa del organismo. Gracias a este estudio, ahora sabemos que esto solo es posible con niveles satisfactorios de la vitamina D.

ESTILO DE VIDA Y CANCER
Las enfermedades cardiovasculares y el cáncer permanecen como las primeras causas de muerte en la sociedad moderna, generando un costo difícil de compensar a todo nivel. Para limitar esta situación, se insiste en un estilo de vida sano, pero lo cierto es que pocos han podido demostrar los efectos del ejercicio y la dieta como lo hizo recientemente un pequeño pero significativo estudio, reportado hace pocos días por la cadena norteamericana de noticias ABC, en su espacio ‘Los Mejores Momentos de la Ciencia del Dr. Karl’. En ese estudio, se realizó un análisis del material genético obtenido de biopsias de la próstata de hombres mayores recién diagnosticados con cáncer. Después del diagnóstico se realizó una intervención limitada únicamente al estilo de vida y al control del estrés, sin someter a los pacientes a ningún tipo de tratamiento especial. Al cabo de los meses se pudo demostrar, a través de nuevos análisis del DNA de la próstata, cambios en el material genético de las células de esta glándula, que indicaban la activación de los sistemas de control naturales, los que se encontraban ausentes antes de la intervención en el estilo de vida. Una prueba más de lo significativo que es mantener una dieta saludable y un buen nivel de actividad física.